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domingo, 26 de agosto de 2012

LA OBEDIENCIA QUE LE DEBEMOS A DIOS

1a. Samuel 15:22-23
"¿Se complace el SEÑOR tanto en holocaustos y sacrificios
como en la obediencia a la voz del SEÑOR?
He aquí, el obedecer es mejor que un sacrificio,
y el prestar atención, que la grosura de los carneros.
Porque la rebelión es como pecado de adivinación,
y la desobediencia, como iniquidad e idolatría.
Por cuanto has desechado la palabra del SEÑOR,
El también te ha desechado para que no seas rey"
 
Cuando el ser humano toma la decisión soberana de hacer su propia voluntad antes que la de Dios; a esto la Biblia le llama desobediencia.

 La obediencia comienza con una actitud, una postura, una conducta y debemos de estar alertas, de estar vigilantes a la palabra que sale de la boca de Dios. Si nosotros estamos atentos a la palabra de Dios y la tomamos en serio, entonces podremos obedecer y estaremos  alineados con la palabra del Señor.La obediencia es una disciplina que debemos aprender en nuestro hogar desde que somos niños, cuando crecemos y cuando somos adultos no nos sea difícil obedecer.
 
Cuántas veces nosotros creemos, que yendo a la iglesia y ofrendando y diezmando, sirviendo,  eso va a hacer que Dios me vea con un poquito más de misericordia y que no le ponga atención a todas las áreas de nuestras vidas que no están bien.
 
A veces pensamos neciamente que los pecados que ofenden a Dios son sólo aquellos pecados groseros y vulgares que la gente comete como son los adulterios, los asesinatos, las violaciones, los secuestros, etc., pero la Biblia nos enseña que toda desobediencia es ofensa a Dios; aprendemos en el discurso del Señor en el Sermón del Monte que el pecado no sólo es asunto de hacer, sino también de pensar y de no hacer podemos ver en Mateo capítulos  5,6 y 7. La Biblia nos habla del pecado de la murmuración, de la raíz de amargura, de la falta de misericordia,  de la falta de gratitud al Señor, etc.  la desobediencia está en el orgullo, está en  la rebeldía, está en  creer que nosotros sabemos más que Dios, y de anteponer nuestras necesidades y nuestros apetitos antes que la palabra del Señor.
 
 La desobediencia contra Dios no trae buenos resultados; es mejor obedecer porque nos trae paz en nuestros corazones y nuestras mentes; estaremos en paz con Dios y no le haremos daño a nuestro prójimo porque gozaremos de las bendiciones de nuestro Dios en todo sentido como fruto de nuestra obediencia a su Palabra.  Y tendremos integridad en lo pequeño y en lo grande, santidad en lo público y en lo privado,  en la obediencia al Señor hay integridad delante de Dios.
La fe en Jesucristo produce obediencia a Jesucristo, hace que Dios sea glorificado. Eso es lo que Jesús dijo en Mateo 5:16: “Así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”. El evangelio nos fortalece en fe, para que vivamos vidas obedientes. Cuando queremos agradar  a Dios, debemos de decir “NO SEA COMO YO QUIERO SINO COMO DIOS QUIERE” Ese es el sentir que nos dice la Palabra de Dios que debemos de tener. No como nosotros queramos, sino como Dios quiere.
 
Podemos decir que es fácil ser obediente cuando todo va por el camino que queremos. Cuando Dios nos da el deseo de nuestro corazón, lo recibimos con mucha alegría. Sin embargo, ¿qué hacemos cuando las cosas no suceden así? ¿Cómo reaccionamos cuando los planes del Señor parecen diferir de los nuestros? Ahí está la diferencia entre el ser obediente y desobediente.No importa cuántos sacrificios hagas para el Señor. Lo que importa es qué tan OBEDIENTE eres. 
 
 Dios quiere bendecirnos pero debemos de alinearnos  a su palabra, quiere derramar de su gracia sobre nosotros, quiere usarnos grandemente,  quiere mostrarnos la veracidad de su palabra para con cada uno de nosotros y quiere darnos todo lo que ha concebido en su corazón desde antes de la fundación del mundo, lo que tiene destinado y preparado para ti y para mi, los regalos que yo hizp para nosotros están preparados y su corazón está deseoso de entregárnoslo.
 
 Pero muchas veces hay ídolos en nuestras vidas,  que hemos puesto antes que a Dios y la obediencia.  Pero Dios desea que  enderecemos nuestros  caminos, y preparemos el camino para su venida, preparemos las  vasijas limpias y sobre esas vasijas Dios hará descender su aceite, su unción, porque su unción no tiene precio y no puede ser contaminada. Su unción no descenderá sobre vasijas impuras.
 
El obedecer nos invita a ser mejores hijos de Dios. ¿Cómo lograremos esto, amados hermano (a)s? solo en nuestro Señor Jesucristo.
 
Romanos 6:15-18
“¿Qué, pues? ¿Pecaremos, porque no estamos bajo la ley, sino bajo la gracia? En ninguna manera. ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos de aquel a quien obedecéis, sea del pecado para muerte, o sea de la obediencia para justicia? Pero gracias a Dios, que aunque erais esclavos del pecado, habéis obedecido de corazón a aquella forma de doctrina a la cual fuisteis entregados; y libertados del pecado, vinisteis a ser siervos de la justicia.”